Diego Ramiro (IEGD) habla en Radio Nacional de España sobre los registros de mortalidad de la gripe española en Madrid
Con motivo del centenario una de las pandemias más devastadoras, el investigador del Departamento de Población del CSIC subraya que la primera ola, en la primavera de 1918, fue especialmente fuerte en la ciudad
Hace cien años el mundo se vio afectado por la virulencia devastadora de la denominada gripe española. Diego Ramiro, perteneciente al Instituto de Economía, Geografía y Demografía (IEGD) del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, desarrolla parte de su labor como investigador centrándose en la gripe española. Así, recientemente, el demógrafo del Departamento de Población, ha participado en ‘La pandemia de 1918: la llamaron gripe española’, la última entrega de ‘Documentos RNE’, de Radio Nacional de España.
En este programa se cuenta con testimonios de familiares que se vieron afectados por la pandemia, lecturas de extractos de periódicos de la época y declaraciones de expertos sobre la gripe española. En ‘La pandemia de 1918: la llamaron gripe española’ se califica como la peor catástrofe sanitaria de la historia mundial. “Para el caso americano o para el caso inglés, se puede encontrar una gran cantidad de documentación, de fotografías, de documentales... para el caso español no tenemos”, precisa Diego Ramiro, que indica que esta pandemia “probablemente, se inició en Turquía. Las primeras muertes se producen en octubre de 1889, en San Petersburgo, y la enfermedad se transmite muy rápidamente a través de la red de ferrocarril. Luego, salta a Estados Unidos y de ahí pasa a Latinoamérica y al resto del mundo”.
Diego Ramiro explica que en el caso español el nivel de mortalidad fue alrededor de unos 250.000 fallecidos, lo que “supuso una crisis demográfica importante”. Igualmente, el investigador del IEGD destaca lo sucedido en Madrid, un lugar donde la mortalidad aumentó vertiginosamente y que se trata de un escenario único en el que profundizar:
Se trata de un escenario único por varias razones. Primero porque es una ciudad de tamaño grande que conserva todos su registros con la que se puede trabajar para hacer este tipo de investigación y se nos permite hacer un análisis de mortalidad por edad en diferentes olas. Sabemos que la ola de primavera, que fue muy fuerte en la ciudad de Madrid. Afectó a gente joven, a gente adulta joven y en menor medida a niños, pero no afectó tanto a personas mayores. La ola de otoño del 18 no fue tan fuerte, al contrario de lo que ocurre en otros muchos sitios, y esto fue debido a la inmunidad de la primera".
Triana Rubio (CCHS-CSIC)