El IEGD reflexiona sobre la edad con el concepto de ‘envejecimiento activo’ y recuerda las pandemias de la gripes rusa y española, en la Semana de la Ciencia de Madrid 2017
Investigadores del IEGD hablan sobre los efectos de varios tipos del virus influenza en el siglo XX y ofrecen una visión positiva de cómo afrontar a la vejez
El Instituto de Economía, Geografía y Demografía del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IEGD, CCHS-CSIC) planificó la mesa redonda y exposición virtual ‘Pandemias: la Gripe Rusa 1889-1890 y la Gripe Española de 1918-1920'. Igualmente, distintos investigadores llevaron a cabo el taller-exposición ‘Conoce el envejecimiento activo y mídelo’. Así, este instituto del CCHS participó en la XVII edición de la Semana de la Ciencia de Madrid.
La virulencia devastadora de la gripe rusa y la española
Con motivo de la proximidad del centenario del comienzo de la gripe española, el IEGD organizó la mesa redonda ‘Pandemias: la Gripe Rusa 1889-1890 y la Gripe Española de 1918-1920'. Diego Ramiro, científico del IEGD, y la socióloga Beatriz Echeverri se encargaron de abordar estos dos casos de estudio de esta enfermedad, que no solo afecta a los humanos, ya que hay otros animales que también se ven perjudicados. De igual manera, presentaron la exposición virtual homónima, que se puede visitar en la web.
"En el siglo XX, han sido cuatro las grandes pandemias que han afectado a la humanidad. Una de las pandemias más temidas fue la Gripe Española de 1918 a 1919, sobre la que en 2005 se logró secuenciar el virus que produjo su devastador efecto", explicó Diego Ramiro. El virus H1N1 afectó al 50 % de la población mundial y el 25 % sufrió los efectos clínicos de esta gripe. Asimismo, Ramiro incidió en la epidemia rusa, que causó un millón de muertos y se encuentra en el décimo puesto como la pandemia más mortal de la historia. "Se expandió muy rápido debido al transporte ferroviario. Eso colaboró enormemente", afirmó Diego Ramiro.
Beatriz Echeverri describió cada una de las olas epidémicas de la gripe de 1918. "La primera, en la primavera-verano de 1918, fue relativamente benigna. La segunda, en el verano-otoño de 1918, fue muy virulenta con un aumento inusitado de muertes por neumonía. La tercera, en invierno-primavera de 1919, fue igual de mortífera pero menos difundida a nivel global. Alrededor del 75 % de las muertes ocurrieron en el otoño de 1918", comentó Echeverri. La socióloga también destacó las consecuencias demográficas para España, país en el que se perdieron unas 260.000 vidas.
A lo largo de la mesa redonda 'Pandemias: la Gripe Rusa 1889-90 y la Gripe Española de 1918-1920' se plantearon cuestiones que hacían referencia a la posible vigilancia epidémica mundial y se señaló a las 'nuevas armas' que pueden servir para evitar que se llegue a repetir una nueva pandemia. Los elementos de ataque serían las vacunas, los antibióticos, los antivirales y fomentar el conocimiento científico. Asimismo, se mostraron algunos resultados de estudios que realizan predicciones y cálculos si apareciera un virus semejante al de 1918.
Comprender y dominar las potencialidades del envejecimiento
A lo largo de varias sesiones de la exposición-taller ‘Conoce el envejecimiento activo y mídelo’, distintos investigadores del IEGD han explicado a los participantes el concepto de ‘envejecimiento activo’. Junto con los asistentes, de una forma dinámica, han reflexionado sobre cómo ponerlo en práctica con actitud positiva.
El proceso de envejecimiento es un fenómeno global que refleja el éxito de la humanidad. Es un proceso biológico en el que influyen determinantes comportamentales, personales, económicos, sociales, del ambiente físico, y de los servicios sociosanitarios. Según la Organización Mundial de la Salud, el envejecimiento desde una visión positiva se entiende como “proceso de optimización de oportunidades en salud, participación, seguridad y aprendizaje a lo largo de la vida, y ello en orden a mejorar la calidad de vida de la población”. “Por tanto, son cuatro los pilares principales que conforman la base del envejecimiento activo. El compromiso social y con uno mismo marca la diferencia. Hay que actuar y trabajar sobre ellos para garantizar las máximas posibilidades”, señaló Gloria Fernández-Mayoralas, investigadora del IEGD.
“Hace relativamente poco las personas mayores eran un 4 % de la población. En la actualidad, forman el 19 %. Las mejores condiciones de vida han favorecido esta situación. Hay que tener en cuenta que la gente mayor es una parte importante de la sociedad y que sus potencialidades son cada vez más altas”, subrayó Julio Pérez, investigador del IEGD. “El mapa de la salud ha cambiado. Venimos de un mundo en el que la gente se moría por causas infecciosas… Ahora toca resolver la letalidad de los tumores. Las sociedades demográficamente avanzadas tienen una mejor salud”, añadió Julio Pérez.
Por su parte, la investigadora Fermina Rojo mostró algunos de los resultados que arrojó el Estudio Longitudinal Envejecer en España (ELES), un proyecto interdisciplinar con diseño longitudinal, basado en el seguimiento, durante 20 años, de cohortes de población españolas nacidas antes de 1960. Realizado en 2011, mediante más de 1.700 cuestionarios, se elaboró un retrato socio-demográfico en el que se consideraron varias dimensiones de la vejez: características sociodemográficas, salud física, mental y psicosocial, recursos económicos, empleo y jubilación, entorno residencial, además de las redes familiar y social y de cuidado.
Asimismo, los asistentes al taller pudieron cumplimentar una encuesta sobre su proceso de envejecimiento. Los participantes conocieron según sus respuestas si poseen una forma de vida activa y exitosa en función de su sexo y su rango de edad. Igualmente, recibieron algunos consejos para mantener o mejorar su estilo de vida, en el que es fundamental el cuidado de la salud física, emocional y mental, además de participar en actividades de ocio y ejercicio físico, y de mantener activas las redes familiares y de amistad.
Noticia sobre la celebración de la XVII Semana de la Ciencia en el CCHS.
Triana Rubio (CCHS-CSIC)